La
música rupestre es un género vinculado a la predominancia de aspectos gráficos
en textos musicales, otorgando valor propio a la formación visual generada
dentro de la partitura musical, con el fin de simplificar el lenguaje usado por
la 'música nueva' y así ampliar el rango humano de accesibilidad a la
confección e interpretación de obras con semejantes características. O sea, se
contextualizan fenómenos ya trabajados a lo largo de la historia, convergiendo
elementos de 'música visual' y 'experimentación sonora', con el objetivo de
simplificar la obtención de resultados próximos a la 'nueva complejidad', a fin
de facilitar la inclusión a este género de participantes con una instrucción
previa no tradicional (dirigido a un público abierto).